Aunque la mejor época para visitar un hayedo es el otoño la verdad es que cada estación otorga a los hayedos una apariencia diferente y mágica. Lo primero que vemos desde el aire son algunos robles melojos y pinos silvestres pero no tardamos mucho en llegar a las primeras hayas. A primeros de noviembre el suelo está cubierto de hojas. Los troncos plateados de las hayas contrastan con el musgo verde brillante que los recubre. El bosque parece la morada de hadas, gnomos y duendes. Se respira tranquilidad. También se ven algunos tejos (de ellos se hacen los mejores arcos). En el aire se ven carboneros, mirlos, lavanderas… Este otoño no te lo puedes perder