Los parapentes que salen al mercado deben pasar unas pruebas de homologación que analizan su comportamiento y fiabilidad en vuelo. Estos test verifican las características técnicas y sus reacciones al ser sometidas a una serie de ensayos. Estas pruebas tratan de comprobar la calidad de su construcción y su comportamiento. Las homologaciones no tienen por objetivo determinar cual es el rendimiento o prestaciones de un parapente, sino su pilotaje y características técnicas. Los test y pruebas a que son sometidos los parapentes tratan de analizar también su robustez. Para ello se somete inicialmente al parapente a unas pruebas estructurales o de carga, que tratan de determinar la calidad y fiabilidad de su diseño.
En cuanto a las pruebas de vuelo, estas son realizadas por un piloto experto, el cual somete al parapente a diversas maniobras críticas ( barrenas, pérdidas, parachutaje, pérdidas asimétricas, plegadas, comportamiento en aterrizaje y despegue, comportamiento con acelerador, giros, etc…) intentando reproducir las incidencias que pueden darse en vuelo. La forma en que el parapente reacciona ante las mismas, y la mayor o menor intervención del piloto para recuperar la vela de esas anormales configuraciones de vuelo, hacen que el parapente sea homologado dentro de determinadas categorías o niveles, que determinaran el tipo de pilotos hacia los que va dirigido.
Actualmente se utiliza preferentemente la normativa CEN (EN), que nació con el fin de unificar los criterios entre los fabricantes europeos (utilizan los niveles: A, B, C, D). Anteriormente fue la DHV alemana que luego paso a llamarse LTF (1 ,1-2, 2, 2-3). También la AFNOR francesa homologa parapentes con su propio criterio (Standard, Perfomance, Competition). Los parapentes de paramotor también tienen su propia homologación DULV. Y la normativa EN para homologar los parapentes simplemente en carga, el caso de las velas de Speedflying.
A | Escuela – iniciación. Son las velas que se utilizan en las escuelas para aprender los fundamente básicos del vuelo. Su rendimiento no es muy alto, pero su nivel de seguridad sí que lo es.
B | Iniciación – intermedias. Para pilotos noveles y expertos que vuelen unas 50 hs. al año. Son un buen compromiso entre seguridad y rendimiento, pues de la misma forma que las puede volar un piloto recién salido de escuela para así progresar, también las vuelan pilotos experimentados que quieran realizar vuelos de entidad exprimiendo todo su potencial y manteniendo un alto grado de seguridad.
C | Intermedias. Requieren un pilotaje exigente y están dirigidas a pilotos que vuelen un mínimo de 100 hs. al año. Su rendimiento es alto, pero también es alto el nivel que requiere el piloto para poder volarlas dentro de unos márgenes seguros.
D | Intermedias-avanzadas. Pilotaje experto y dirigidas a pilotos con unas 200 hs. de vuelo al año.
Competición. Como su nombre indica, dirigida exclusivamente a pilotos de competición con un gran número de hs. de vuelo anuales y un pilotaje acreditado. Su rendimiento es superior a las demás, pero el piloto debe ser consciente que sus reacciones, ante condiciones de vuelo duras, serán muy violentas y requerirán de una acertada intervención para regresar a un vuelo normal. Definitivamente no perdonan bien errores de pilotaje.
Existen además otro grupo de parapentes que no suelen llegar al gran público y que por ese motivo no son homologadas. Se trata de los prototipos de competición o las velas de Speeedflying que al no existir un análisis especifico en la CEN para estos diseños, solo se homologan en carga a través de la EN europea (normalmente en 6G de carga.